Llega el lunes, abres la agenda… y ya estás al límite.
Tareas por hacer, clientes esperando respuesta, proveedores mandando sus facturas y tú con el culo torcido mirando la cuenta bancaria…
Entonces piensas: “Es que no puedo más, así no puedo seguir.
Y no, no puedes.
El mercado se ha puesto difícil…
Ahora mismo, ser autónomo o tener una empresa pequeñita implica saber hacer de TODO.
No solo tu oficio… también editar videos para redes sociales, sacar fotos bonitas, enviar emails potentes, hacer facturas electrónicas y mil cosas más…
Por eso hoy quiero hablarte de una posibilidad que quizás aún no te has planteado:
Vender lo que sabes, no solo tu tiempo.
Y hacerlo a través de un INFOPRODUCTO.
Antes de que pongas cara rara o pienses que eso no es para ti, déjame contarte cómo puede funcionar también para negocios como el tuyo: desde una tienda de ropa hasta una casa rural, pasando por asesorías o centros de estética o un negocio de servicios como el mío, de copywriter y redactora digital.
Vamos paso a paso.
¿Qué es un infoproducto (y por qué puede ayudarte a escalar sin volverte loca)?
Un infoproducto es, sencillamente, un recurso digital basado en tu conocimiento o experiencia, que ayuda a tu cliente ideal a resolver un problema o dar un paso más en su camino.
Ese recurso puede tener muchas formas:
Un vídeo, una guía, una formación, una plantilla, una clase en directo, una suscripción mensual…
Pero el principio es siempre el mismo: tú ya sabes algo que otras personas quieren aprender. Y puedes empaquetarlo de forma práctica para que les sirva… sin que tú tengas que repetirlo una y otra vez.
Pero ojo…
No es una varita que agitas y de repente te llueven ventas mientras tomas café viendo el mar.
Hay que currárselo un poquito antes de crearlo para que funcione (o sea, que se venda).
¿Por qué crear un infoproducto puede cambiar tu negocio?
Crear un infoproducto puede ayudarte a salir del bucle de facturar solo si trabajas, porque te permite pasar de esta fórmula:
“Horas trabajadas = ingresos”
a esta otra:
“Valor entregado una vez = ingresos múltiples”
Y eso significa:
- Liberar tiempo mientras sigues ayudando a tus clientes.
- Tener una fuente de ingresos paralela a tu servicio principal.
- Llegar a personas que no pueden (o no quieren) pagar tu servicio 1:1.
- Empezar a escalar, pero sin dejar de ser tú.
Ojo, no se trata de dejar tu modelo actual si te gusta.
Se trata de abrir nuevas posibilidades.
Y para eso, lo primero es saber qué formatos existen… y cuál encaja contigo.
¿Curso, taller o membresía? Descubre qué infoproducto se adapta mejor a ti
Si estás en ese punto en el que te planteas crear un infoproducto, seguramente ya has oído hablar de estos tres formatos (que son los más comunes, aunque no los únicos).
- Curso online
- Taller digital
- Membresía
Cada uno tiene sus particularidades, ventajas y puntos débiles.
Por eso es importante es que no elijas por moda ni por presión externa, sino por afinidad con tu estilo de trabajo, tu tiempo disponible y tu tipo de clientela.
Los vemos en detalle, con ejemplos reales de negocios como el tuyo.
Curso online: estructura, libertad y posibilidad de automatización
El curso online es el formato más conocido. Y con razón.
Es una formación estructurada, en vídeo o con lecciones escritas, que guía a tu cliente desde un punto de partida hasta un resultado concreto.
Y lo mejor: puedes grabarlo una vez y venderlo cuantas veces quieras.
✅ Ejemplo digital: una diseñadora web que enseña cómo preparar tu marca antes de hacer la web.
✅ Ejemplo tradicional: una asesora fiscal que crea un curso para autónomas titulado: “Haz tú misma tu declaración trimestral sin errores ni sustos”.
Es algo que puede aplicarse a cualquier sector, se me ocurre…
- Tiendas de ropa: curso sobre “cómo crear tu armario cápsula con 10 prendas base”
- Centros de estética: “cómo cuidar tus uñas hasta tu próxima manicura semipermanente”.
- Casas rurales: “cómo organizar una escapada slow en familia (y no morir en el intento)”
Porque nadie está diciendo que un curso, necesariamente, tenga que ser larguísimo y de no-sé-cuántas lecciones…
Ventajas del curso digital:
Son varias y seguro que tú encuentras alguna más, pero así, a bote pronto, te diría que las principales ventajas de crear un curso digital son:
- Lo haces una vez y puedes automatizarlo.
- Te posiciona como referente en tu temática.
- Escalable: puedes venderlo a muchas personas sin más trabajo.
Eso sí, antes de ponerte a grabar lecciones, hay que prepararse un pelín para que tu curso tenga sentido (y utilidad) para tus futuros clientes.
Inconvenientes:
Por supuesto, toda cara tiene su cruz…
- Requiere preparación inicial (aunque puedes hacerlo con calma).
- Mejor lanzarlo cuando ya sabes que tu público quiere ese tema.
Si tienes un proceso que ya aplicas con clientes y que funciona… ahí hay un curso esperando.
Taller digital: validación rápida, cercanía y acción directa
Un taller es como una clase en directo: más corto, más práctico, más ágil.
No hace falta una gran producción ni tecnología compleja, solo ganas de compartir algo útil y que puedas explicar en una sesión (o en un par).
✅ Ejemplo digital: una copywriter que da un taller de 90 minutos sobre “cómo escribir asuntos de email que se abren”.
✅ Ejemplo tradicional: una tienda de ropa que organiza un taller online de 60 minutos sobre “cómo adaptar tu armario al otoño sin gastar en cada temporada”.
¿Quieres que te dé algunos otros ejemplos posibles? Vamos con eso:
- Papelería creativa: “3 ideas para hacer regalos personalizados con material básico”
- Maquilladora: “Taller de maquillaje exprés para reuniones y eventos online”
- Productor local: “Taller degustación online: aprende a maridar quesos artesanos y vinos (desde casa)”
Estos talleres son una manera excelente de testear ideas, conectar con tu audiencia y generar ingresos sin complicarte.
Antes de lanzarte con un curso completo, podrías considerar esta opción ágil.
Ventajas de los talleres online
Además de ser rápidos de preparar, los talleres digitales tienen otros puntos fuertes:
- Preparación mínima: puedes lanzarlo en pocos días.
- Ideal para validar una idea antes de crear un curso largo.
- Genera conexión directa con tu audiencia.
Inconvenientes de un taller online
También tienen sus limitaciones, que es bueno tener en cuenta desde el principio:
- Debes prepararte para hablar en directo a personas que no conoces.
- Si no lo grabas o reaprovechas, su vida útil es más corta.
Si quieres probar algo sin compromiso a largo plazo, empieza por aquí. Funciona.
Membresía: comunidad, recurrencia y crecimiento continuo
Este es el infoproducto de moda…
Una membresía es un modelo de suscripción: tus clientes pagan mes a mes (o trimestre a trimestre) a cambio de contenido, beneficios, acceso o acompañamiento.
Es el formato más exigente, pero también el más potente… cuando se hace bien.
✅ Ejemplo digital: un club mensual de mujeres que quieren digitalizar su negocio, con plantillas, sesiones grupales y acompañamiento.
✅ Ejemplo tradicional: una tienda de ropa que crea una membresía tipo “VIP”: cada mes, una propuesta de looks personalizada, acceso a descuentos exclusivos y entrega gratuita.
O un centro de estética que ofrece contenido privado, formación básica y una cita mensual incluida por una tarifa fija.
Ventajas de las membresías
Este formato es ideal si te gusta el trato cercano y te interesa generar una comunidad comprometida:
- Ingresos recurrentes.
- Fuerte fidelización de clientes.
- Ideal para quienes disfrutan generando comunidad.
Inconvenientes
Eso sí, las membresías no son magia. También implican compromiso por tu parte:
- Exige constancia, estructura y organización.
- Requiere una base mínima de clientas interesadas para que sea rentable.
No es el mejor formato para empezar, pero sí una opción a medio plazo si te gusta el trato cercano y es superpotente para hacer comunidad.
¿Y ahora qué? Un primer paso realista (y amable) para empezar
Aquí no se trata de lanzarte a lo loco, ni de hacer un curso de 7 módulos con vídeos grabados en estudio profesional.
Tampoco necesitas una audiencia gigante ni ser “la más experta” del sector.
Solo necesitas:
- Tener algo que funciona con tus clientas.
- Traducirlo a un formato accesible y útil.
- Y atreverte a probar.
Mi consejo es simple: empieza por un taller.
Es el formato más fácil de lanzar, de validar y de disfrutar.
Y si funciona (que suele hacerlo), puedes convertirlo en un curso o, más adelante, en parte de una membresía.
Pero no te lo guardes. No sigas pensando “algún día haré algo”.
Ese día puede empezar hoy.
Crear un infoproducto es más accesible de lo que parece (si sabes por dónde empezar)
Un pequeño resumen de lo que te he contado, solo para acabar de convencerte:
- Si vendes solo tu tiempo, estás limitando tu impacto y tu crecimiento.
- Crear un infoproducto es una forma práctica de escalar sin dejar de ser tú.
- No necesitas ser técnica ni gurú: solo conocer a tu cliente y querer ayudar.
- Curso, taller o membresía: hay un formato que encaja contigo y con tu negocio.
Y si todo esto te ha resonado… es porque ya estás en el momento justo de dar el paso.
¿Te gustaría saber cómo crear tu infoproducto?
¿Te han entrado ganas de montar (por fin) ese curso, ese taller, esa membresía que tienes dando vueltas en la cabeza desde hace meses?
Pues no lo dejes en un “algún día”.
Cada semana en mi newsletter te cuento lo que funciona (y lo que no) para crear, lanzar y vender infoproductos con textos que conectan, convierten y no suenan a copia barata.
Y si quieres ir más allá…
Tengo un montón de infoproductos pensados para que escribas los textos que tu negocio necesita de verdad.
Nada de plantillas milagrosas, sino formación útil para gente que crea, lanza y vende cosas reales.